miércoles, 20 de marzo de 2013

LOS HEROES DE LA ROCOSA



Cuando uno habla de un personaje heroico es porque esta ante una persona que ha conseguido un objetivo salvando brillantemente todos los obstáculos que se ha ido encontrando por el camino. Nuestro objetivo para la prueba del pasado domingo 17 en Moralzarzal era acabar la prueba en 3 horas. Si nos ceñimos al fin ultimo, tendríamos que decir que no cumplimos el objetivo, ¿fracasamos? Pues me gustaría que os contestarais vosotros mismos al final de la entrada.
Salimos hacia la sierra de Madrid con el cielo encapotado, todo hacia presagiar que nos íbamos a mojar, pero manteníamos la esperanza de que fueran 4 gotas…
Nos preparamos en nuestros coches con la ilusión de participar en una nueva prueba de la http://www.mtb4estaciones.com/. Nos preguntaba Paco confiado “¿os vais a coger el chubasquero?” le dije “cogelo porque te vas a mojar aunque no llueva…”

Llegamos los tres jinetes del Apocalipsis a la meta justos de tiempo (como siempre) y con unos pocos minutos de margen para hacer alguna foto y que kiko pudiera consultar el radar del tiempo, nos dijo “parece que ahora se va aguantar un poco sin llover, pero luego no sé que pasará…”


Nos sorprendió que a pesar del mal tiempo y de la previsión de lluvia y barro, la salida fuera tan masiva como en otras ocasiones. Si había 2000 dorsales inscritos, allí no parecía que faltara nadie.
Pistoletazo de salida y a los 100 metros de prueba me miro las piernas y ya las tengo completamente llenas de barro, era un anticipo de lo que nos íbamos a encontrar…


Los primeros kilómetros como siempre son de una tensión tremenda, no importan el recorrido, el tiempo (aun no llovía), ni nada. Lo único que cuenta es ir sorteando bikers y no engancharse con nadie. Esta vez con la dificultad añadida de ir esquivando charcos (no sé para que si luego íbamos a pasar auténticos ríos…).
El reflejo de esta tensión es que Paco me dijo “voy tan tenso que llevo el pulsometro a tope, como cuando estamos subiendo una cuesta de las duras…”.
Pronto llegamos a una zona muy favorable en la que comienza a llover con ganas, tras pasar el Boalo encaramos la primera cuesta dura del día. Yo creo que sin 2000 tíos intentando subir por la misma vereda era factible haber hecho casi toda la subida, y digo casi toda, porque si que es verdad que una vez pasamos por un río entre unas lanchas que eso era imposible…
Como consecuencia de esto nos paramos cerca de 20 minutos andando bajo la lluvia con la bici de la mano y además perdimos a Paco en una de las arrancadas y paradas que hacíamos en la cuesta. Cuando acabamos de pasar por el tapón, continuamos por un terreno ascendente en el que sucedió la tragedia del día, se me sale la cadena en una cuesta, me paro, intento colocarla pero esta muy encajada, pasa kiko y me dice que me espera arriba, entre la lluvia y el cabreo, no se que movimiento hago con el cambio que rompo la patilla y se queda el cambio colgando. En ese momento me doy cuenta de que se acabo el día. Todo lo bien que me sentía físicamente y el agua que estamos soportando para no poder acabar la prueba…
Sigo andando y me reúno con kiko, le cuento lo que ha pasado y me dice “nada tío, hasta el avituallamiento y veremos que podemos hacer” entro en Matalpino y me dice un policia local que estaba regulando la carrera que atraviese por el pueblo para llegar al avituallamiento que por la ruta que sigue la carrera hay un repecho y que el camino esta peor. Kiko sigue y yo recorto por el pueblo, pregunto y unos me indican mal, tengo que volver atrás, a todo esto seguía lloviendo a cantaros. Después de unos 3 kilómetros largos a pie bajo el agua, por fin veo a kiko esperándome a la puerta del avituallamiento, le pregunto ¿has visto a Paco? Me contesta que no tiene ni idea de donde esta. Llegamos a la asistencia de shimano y había una cola como el metro en hora punta, le pregunto al mecánico y me dice que no me lo van a poder reparar, que lo único que me pueden hacer es ponerme un piñón fijo para que llegue a meta. Kiko no lo duda y me dice “mira no vamos a esperar más bajo la lluvia, lo hago yo”, saca su tronchacadenas y con guantes y todo (por el frío) se pone manos a la obra. Cuando terminamos preguntamos el camino más corto para llegar a meta y muertos de frío nos dirigimos por carretera hacia Moralzarzal. En ese momento me encuentro derrotado física y psiquicamente, con lo bien que iba de fuerzas… 
La avería y la lluvia nos han dejado congelados y encima he hecho a kiko abandonar conmigo. Al borde de la hipotermia (y no exagero, me costó entrar en calor 3 horas) llegamos al coche, me doy cuenta que ni siquiera me he tomado una barrita en toda la mañana, en ese momento, pensamos en Paco. ¿Dónde estará Paco? Pero eso es una historia que deberá contar el mismo.

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