Cuando uno habla de un personaje heroico es porque esta ante
una persona que ha conseguido un objetivo salvando brillantemente todos los
obstáculos que se ha ido encontrando por el camino. Nuestro objetivo para la
prueba del pasado domingo 17 en Moralzarzal era acabar la prueba en 3 horas. Si
nos ceñimos al fin ultimo, tendríamos que decir que no cumplimos el objetivo,
¿fracasamos? Pues me gustaría que os contestarais vosotros mismos al final de
la entrada.
Salimos hacia la sierra de Madrid con el cielo encapotado,
todo hacia presagiar que nos íbamos a mojar, pero manteníamos la esperanza de
que fueran 4 gotas…
Nos preparamos en nuestros coches con la ilusión de
participar en una nueva prueba de la http://www.mtb4estaciones.com/.
Nos preguntaba Paco confiado “¿os vais a coger el chubasquero?” le dije “cogelo
porque te vas a mojar aunque no llueva…”
Llegamos los tres jinetes del Apocalipsis a la meta justos de
tiempo (como siempre) y con unos pocos minutos de margen para hacer alguna foto
y que kiko pudiera consultar el radar del tiempo, nos dijo “parece que ahora se
va aguantar un poco sin llover, pero luego no sé que pasará…”
Nos sorprendió que a pesar del mal tiempo y de la previsión
de lluvia y barro, la salida fuera tan masiva como en otras ocasiones. Si había
2000 dorsales inscritos, allí no parecía que faltara nadie.
Pistoletazo de salida y a los 100 metros de prueba me
miro las piernas y ya las tengo completamente llenas de barro, era un anticipo
de lo que nos íbamos a encontrar…
Los primeros kilómetros como siempre son de una tensión
tremenda, no importan el recorrido, el tiempo (aun no llovía), ni nada. Lo
único que cuenta es ir sorteando bikers y no engancharse con nadie. Esta vez
con la dificultad añadida de ir esquivando charcos (no sé para que si luego
íbamos a pasar auténticos ríos…).
El reflejo de esta tensión es que Paco me dijo “voy tan
tenso que llevo el pulsometro a tope, como cuando estamos subiendo una cuesta
de las duras…”.
Pronto llegamos a una zona muy favorable en la que comienza
a llover con ganas, tras pasar el Boalo encaramos la primera cuesta dura del
día. Yo creo que sin 2000 tíos intentando subir por la misma vereda era
factible haber hecho casi toda la subida, y digo casi toda, porque si que es
verdad que una vez pasamos por un río entre unas lanchas que eso era imposible…
Como consecuencia de esto nos paramos cerca de 20 minutos
andando bajo la lluvia con la bici de la mano y además perdimos a Paco en una
de las arrancadas y paradas que hacíamos en la cuesta. Cuando acabamos de pasar
por el tapón, continuamos por un terreno ascendente en el que sucedió la
tragedia del día, se me sale la cadena en una cuesta, me paro, intento
colocarla pero esta muy encajada, pasa kiko y me dice que me espera arriba,
entre la lluvia y el cabreo, no se que movimiento hago con el cambio que rompo
la patilla y se queda el cambio colgando. En ese momento me doy cuenta de que se
acabo el día. Todo lo bien que me sentía físicamente y el agua que estamos
soportando para no poder acabar la prueba…
Sigo andando y me reúno con kiko, le cuento lo que ha pasado
y me dice “nada tío, hasta el avituallamiento y veremos que podemos hacer” entro
en Matalpino y me dice un policia local que estaba regulando la carrera que
atraviese por el pueblo para llegar al avituallamiento que por la ruta que
sigue la carrera hay un repecho y que el camino esta peor. Kiko sigue y yo
recorto por el pueblo, pregunto y unos me indican mal, tengo que volver atrás,
a todo esto seguía lloviendo a cantaros. Después de unos 3 kilómetros largos a
pie bajo el agua, por fin veo a kiko esperándome a la puerta del
avituallamiento, le pregunto ¿has visto a Paco? Me contesta que no tiene ni
idea de donde esta. Llegamos a la asistencia de shimano y había una cola como
el metro en hora punta, le pregunto al mecánico y me dice que no me lo van a
poder reparar, que lo único que me pueden hacer es ponerme un piñón fijo para
que llegue a meta. Kiko no lo duda y me dice “mira no vamos a esperar más bajo
la lluvia, lo hago yo”, saca su tronchacadenas y con guantes y todo (por el
frío) se pone manos a la obra. Cuando terminamos preguntamos el camino más
corto para llegar a meta y muertos de frío nos dirigimos por carretera hacia
Moralzarzal. En ese momento me encuentro derrotado física y psiquicamente, con
lo bien que iba de fuerzas…
La avería y la lluvia nos han dejado congelados y encima he
hecho a kiko abandonar conmigo. Al borde de la hipotermia (y no exagero, me
costó entrar en calor 3 horas) llegamos al coche, me doy cuenta que ni siquiera
me he tomado una barrita en toda la mañana, en ese momento, pensamos en Paco.
¿Dónde estará Paco? Pero eso es una historia que deberá contar el mismo.