domingo, 3 de noviembre de 2013

Ruta imperial 2013

Tercera edición de la ruta imperial (El Escorial) y segunda vez que se presenta el que escribe esta crónica. Ruta larga, por supuesto, si el año pasado pudimos con ella este año no iba a ser menos. Me acompañan para la ocasión Fernando (con más miedo que vergüenza aunque luego me pondría las pilas) y Paco (que se apuntaría a un bombardeo siempre que fuera en bici).


Salimos hacia El Escorial a eso de las 7:45 y una hora después ya estamos aparcados. Recogemos dorsales, nos equipamos y listos. El tiempo es espléndido. Una vez equipados nos ponemos en la salida de la ruta larga. Este año hay más gente, se habla de 800 personas en lugar de los 500 del año pasado.




A las 9:30 al son del ya clásico Thunderstruck de ACDC nos ponemos en marcha. Ligero tapón en la primera curva (se nota que hay más gente) y enseguida a subir hacia el puerto de Malagón. Primer tramo de 5 km de subida, ligero descanso de kilómetro y medio, y vuelta a subir, con un kilómetro final de bastante dureza en el que el GPS marca porcentajes cercanos al 20% en las peores rampas.

Arriba el recorrido cambia respecto al año pasado. En lugar de seguir hacia Abantos se coge a la izquierda una pista que sigue subiendo de forma más tendida para comenzar una bajada muy rápida hasta Robledondo (52 km/ h marcó el GPS). Veo a Fernando todo el rato detrás de mi, y Paco un poco más alla. Pasado Robledondo tomamos un sendero más técnico, estrecho y con piedras (demasiado técnico para algunos a juzgar por los parones que se suceden). La zona es bastante bonita, lástima de no ir más solo para intentar hacerlo entero. 


El sendero desemboca en una bajada muy complicada por la pendiente y las piedras. En menos de 1km hay que bajar casi 200 metros. Me tiro y Fernando detrás, pero después de dos avisos echo pié a tierra. El terreno está bastante suelto y lleno de piedras y mi Fast Track delantera no está hecha para estas cosas. Mientras vamos bajando se ven algunas caídas.

En la bajada pedestre Fernando toma la delantera y ya no volveremos a juntarnos hasta el avituallamiento del km 28. Empiezo a notar que voy regular, el tramo es principalmente de bajada y aunque voy viendo a Fernando apenas 200 metros delante no le puedo alcanzar. Mal asunto, algo no va bien, apenas 28 km con 850 metros de desnivel y estoy fundido. A Paco le hemos perdido de vista. Horas más tarde en la meta nos contará que se cayó en esta bajada llevándose un buen porrazo en el muslo derecho, lo que le tuvo fastidiado para toda la ruta.

En el avituallamiento reponemos fuerzas. Le digo a Fer que voy regular, y nos quedan aun 40 km más y otros 800 metros de desnivel. Tras salir del avituallamiento subimos un par de kilómetros y ahí comenzamos una bajada por pinar que nos llevará hasta Valdemaqueda (km 41), pueblo que hay que bordear por la montaña por un sendero técnico que nos hace echar pié a tierra en un par de ocasiones. Mis fuerzas se agotan en este punto.


A partir de ahí comienza el tramo de la ruta que peor recuerdo me dejó el año pasado... y este año la cosa ha sido peor. Soy incapaz de seguir a Fernando, que tampoco es que vaya rápido. Me arrastro como puedo por la pista, sin encontrar un desarrollo en el que me encuentre cómodo para rodar. No para de adelantarme gente. En esas llegamos al kilómetro 48 donde está el segundo avituallamiento sólido, el del caldo de pollo, como no para de vocear una chica de la organización: "Caldo de pollo, ¿quien quiere un caldito de pollo?" Hace bastante calor y aprovechamos para quitarnos la camiseta térmica. 

Retomo la marcha como puedo para superar los 5 km de subida que nos quedan. En cuanto arrancamos es evidente que no puedo seguir a Fernando y cada uno coge su ritmo. Fernando me va esperando cada poco.Cuando ya parece que la subida se acaba tenemos la sorpresa del día. Hay un pequeño cambio en el recorrido respecto al año pasado, cuando la subida acaba nos desvían para subir un cerro que solo podemos subir andando. Es el remate, voy medio mareado. De ahí bajada hasta la vía del tren y llegada a Zarzalejo, ya estamos cerca. Atravesando el pueblo recuerdo que el año pasado iba rodando con mucho ritmo en esta zona y hasta la llegada a El Escorial. Este año apenas me dejo llevar por la pendiente favorable del terreno. 

A la salida del pueblo cogemos el sendero que nos llevará hasta El Escorial por la calzada romana. Es bastante bonito, pero ya no hago más que mirar el GPS para ir viendo cuando falta para llegar. Atravesamos la parte de abajo de la carretera de la Silla, cruzamos la M-505 y enfilamos la Cuesta de Calleja Larga, última subida que se hace eterna antes de llegar a la línea de meta en el parque de la bolera. Total 5 horas y 50 minutos. Palizón, las caras de abajo lo dicen todo.




A la llegada nos está esperando la bien merecida paella. Paco aparece media hora después y nos cuenta su historia. Hacerse 55 km con el muslo como lo tenía tiene mucho mérito.




Un año más prueba superada, pero este año nos ha costado lo suyo. El GPS dice que 68 km con 1.760 metros de desnivel acumulado


Hasta el año que viene.