Todo empezó
al acabar la edición de hace dos años de la ruta de los vinos de San Martín de
Valdeiglesias, allí vi un panfleto en el que anunciaban la marcha de los
piñoneros en Hoyo de Pinares. Me dije, zona bonita y encima en Ávila, a esto
tenemos que ir en cuanto podamos. Ha pasado el tiempo pero por fin este año
todo cuadraba para poder hacer la marcha y Diego y yo nos apuntamos en la última
semana tras confirmar que no teníamos ninguna cita pendiente.
El domingo
a las 8:15 de la mañana nos ponemos en marcha desde Ávila. El termómetro marca
7 grados y por el paso de La Cañada tenemos incluso niebla. Por la fecha que es
simplemente llevábamos el maillot de manga corta pero no sé en que momento se
nos olvido que esto es Ávila con lo acostumbrados que estamos a estas sorpresas…
Llegamos
justos para recoger el dorsal y prepararnos en la salida. Se trata de una
marcha muy familiar, nada que ver con el circuito mtb 4 estaciones, GR10
ni ese tipo de pruebas. Es un peña de amigos, Castrejon Bikes, que organizan una marcha y en la que tal y como pudimos comprobar todo el pueblo se vuelca en
ello.
Tomamos la
salida cerca de doscientos bikers, el primer tramo es neutralizado por las calles
del pueblo. Los primeros kilómetros son todos de
bajada y aunque pega el sol, los brazos y piernas sienten el frío. Yo me
empiezo a pelear con el GPS, no se que le pasa que no me coge señal, al
final desisto y le apago ya que Diego llevaba el suyo, al final era un
problema de actualización de los mapas ya solucionado.
Pronto
llega la primera subida, Piñoneros es una marcha que no tiene terreno llano, la zona no
se presta a ello. Cuando no estas bajando, estas subiendo. En la primera subida
larga se te quita el frío rápido ya que se puede exigir uno todo lo que quiera
ya que es por pista y no tiene dificultades técnicas, cada uno se pone el ritmo
que puede o quiere llevar.
Hacemos la
subida cómodos pero no sin pegarnos un buen calentón, tiene alguna rampa
exigente, de hecho en un par de ellas se tiene que tirar de plato pequeño (de hecho en una a Diego se le salio la cadena). Durante
la subida le comento a Diego que llevamos un buen rato subiendo y me dice que
llevamos 15 km
de los cuales más de la mitad habían sido de bajada y ya hemos hecho 500 metros de desnivel
acumulado subiendo. Estaba claro que lo bonito de la ruta iba a ser el rompepiernas, subes
un cerro, lo bajas y subes el siguiente.
Al final de
estos primeros kilómetros de subida, primer avituallamiento, pensábamos no
parar pero nos hemos gastado bastante agua por lo tenemos que rellenar. La gente
del avituallamiento muy atenta, te llenan ellos las botijas, te ofrecen todo
tipo de fruta y todo con mucha simpatia. Lo único negativo de toda la
marcha es que en ninguno de los avituallamientos había barritas, ni geles energéticos,
es normal que lo lleve cada uno, pero si a alguien le da un pajarón solo con
fruta es difícil remontarle.
Prácticamente
no perdemos tiempo y salimos hacia una bajada muy bonita. La zona es
espectacular, no dejas de ir entre pinos piñoneros en ningún momento. Atravesamos
un río, una zona muy breve de llano en la que nos tomamos un gel para poder
afrontar la subida a la “torreta” con garantías.
Tras esa
pequeña zona de descanso llega un terreno feo, de ese que es de subida por unas
fincas pero que la bici se agarra a la tierra que parece que has pinchado o te
están agarrando por detrás. Por esta zona vamos con más gente y nadie va con
nadie, es curioso, pero todos vamos en fila y cada uno a su ritmo intentando
guardar fuerzas para la subida final. Es un terreno que te machaca, a mi me pareció
incluso más pesado que la subida del final, vas más rápido, menos porcentaje de
cuesta y para mi más desgaste. Lo que son las cosas, hace un mes y medio que tenia mejor
forma me iba mejor el ritmo, apenas me cansaba, después de la Madrid-Segovia y
tras el catarro con el que la corrí (que me duro 15 días) no he tocado la bici
y esto ha hecho que solo me quede la fuerza, es decir, subir subes donde sea,
pero cuando se trata de aumentar el ritmo te cuesta más.
Bueno volviendo
a la marcha, después de este tramo inicial de la subida había un
avituallamiento de liquido, había un hombre que te recibía y prácticamente te hacia
parar aunque no quisieras, “venga chicos, sois unos fenómenos, ya no queda
nada, parar y tomar un poco de aire, beber liquido y a seguir”. Casi todos los
bikers que llegaban preguntaban que cuanto quedaba para la famosa torreta,
ellos se miraban, reían y decían “¿ves el final del cerro? Pues luego ya casi
esta…” vamos que después del cerro nos esperaba la cuesta que subía al cielo…
La torreta
es para vigilancia de incendios luego esta claro que alto debía estar. Nos ponemos
en marcha y tras unos metritos de bajada, un rampón de poner el molinillo, luego
una subida sin parar pero que tampoco se me estaba haciendo muy dura, pesada y
larga si, pero con paciencia...
Diego iba unos metros por delante marcándome un
ritmo cómodo, para él sobrado, se nota que se hizo una buena preparación para Segovia y que la ha mantenido. Coronamos el cerro y tras un llano hacemos un giro
a la izquierda adentrándonos en un pinar, “aquí viene lo bueno pensé” y
efectivamente así era, pero no era ni mucho menos para tanto, rampas más duras
pero que se superan sin ninguna dificultad. En este ultimo tramo antes de
llegar a la torreta, se nos unen dos bikers y tras un rato intentan dejarnos,
pero al ver que Diego se ponía delante y tiraba con la fuerza suficiente como para
dejarnos a los tres si quería, se acomodaron con nosotros y desistieron hasta arriba.
Sabíamos que
la marcha aquí había puesto fin al sufrimiento y a partir de aquí era para
disfrutar, empezamos a bajar y les dejamos al principio delante a ellos, pronto
veo que me aburro de seguirles y les paso. Empiezo a disfrutar bajando como
hacia tiempo, terreno de sendero precioso y sin muchos riesgos. Me doy cuenta
que nadie me sigue y eso que pasamos por un tramo delicado en el que prácticamente
tenemos que pasar parados por precaución. Llegamos a una subida de unos 400 metros en medio de
la bajada que te endurece las piernas al máximo después de estar con la
musculatura suelta. Aquí viene en seguida Diego con los otros dos pegados a él,
me dice “no he podido pasarlos” y cuando se acerca uno de ellos me dice “joder
como le dabas a la Canyon, imposible seguirte…”, tampoco fue para tanto pero le
comento que la doble suspensión para esto se nota mucho…
A partir de
aquí, seguimos bajando por una zona preciosa, rodeando los embalses previos al
pueblo, con una bajada técnica y muy divertida. En esta zona tuvimos que parar
porque uno chico de la organización me aviso de que un biker había pinchado y
no tenia cámara. Cuando paramos y le doy la cámara nos encontramos con un tipo
serio y del que apenas salio un “gracias” con la boca chica, no sé, es raro
porque en esta marchas siempre el ambiente es genial pero se ve que este era la
excepción. Continuamos bajando un par de kilómetros y de repente nos damos con
la meta de lleno, fin, había acabado lo bueno.
Al final un poco más de 42 km y cerca de 1000 metros de desnivel acumulado en 2 horas 49 min. No está mal para estar en epoca de baja forma. Os dejamos como siempre, el track de la prueba en wikiloc
Esperamos a
tomarnos unas riquísimas patatas revolconas con una limonada y de vuelta a Ávila
con una idea de la marcha de los piñoneros muy positiva y con la seguridad de
que volveremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario